esto no es una carta

Una vez estuve a punto de casarme y la canción con la que íbamos a entrar a la fiesta informal que planeábamos hacer era esta:

Habíamos elegido esa canción porque dice “I swear I recongnize your breathe”.

Una vez conocí a un tipo con el que me hubiera casado borracha en Las Vegas. Si hubiera tenido dinero, lo habría invitado a casarse conmigo en Las Vegas, borrachos los dos. Luego transitaríamos un divorcio escandaloso.

Fantasías.

Hoy escribí una poesía, lavé ropa a mano, bailé en mi cocina.

Bailar es lo más parecido a llorar que conozco.

nos quedó lo espeso
lo púrpura
los destellos sólo perceptibles
en las madrugadas
en las respiraciones entrecortadas
(son el eco nuestro
que guardaron las montañas)
(son los silencios aturdidos
de las mañanas en que nos hacíamos
invisibles)

nos quedó un río
de cuya sangre nunca bebimos

nos quedó mi bondad
que no es buena para nada

nos quedó la sombra de los pasos
que dimos
rozándonos los huesos aún tibios

nos quedó el hueco
un otoño
la palabra mustia que casi
dijimos

nos quedó el miedo

nos quedó un querer
desordenado e inoportuno

quizás fue
que mi boca debía hacer mucha fuerza
para alcanzar la tuya


nos quedó la poesía
que lloran mis manos
ansiando el océano

Publicado por


Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar